lunes, 1 de diciembre de 2008
Tic-tac
Tic-tac comenta el reloj, acaso no sabes que día es hoy. Besos que saben a tinta, esporas de piel, mar de sentimientos, nubes que lloran desde la lejanía. En el norte el ocaso, para el sur, mediodía. Frases enroscadas que acarician la orilla, labios entreabiertos rezando los besos una vez engarzados en la triste boquita. Gota que resbala y quebradiza, se rompe en mil pedazos en el borde de la mejilla. Triste, triste y callado, se queda parado en el punto y aparte de esta cruel moraleja que no es más que la vida. Se fragmenta el espacio, línea efímera que une dos lados, se para el tiempo, se quiebra marchita, la luna mirando que pase el día. En el horizonte golpea, abriendo las entrañas, hundiendo las raíces cálidas, el sol que se marcha. Se acerca tal vez, el final de la historia, donde se cuenta un final que no acaba. Sobre cerrado, donde se deja encerrado palabras que lloran con la pena de aquel que está lejos, del que tan solo las palabras entintadas son su único consuelo. Más que irónico sentimiento, sentirse tan cerca de un amor no valorado cuando te encuentras al lado. La pasión es extraña, más extraña es la vida. Desesperado, beso marcado, señalando el adiós o tan sólo, punto y aparte a la espera por recibir la repuesta de un amor que no perezca.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario